lunes, 18 de agosto de 2014

denunciaban a Prescal o Educanet por reclamarles el dinero de unos cursos de formación que nunca habían contratado.

Las quejas de empresarios y las advertencias de la Seguridad Social no impidieron que el entramado se hiciera con subvenciones millonarias de la Junta y del Estado

18.08.14

Empresas del exconsejero Ojeda Avilés ya fueron denunciadas en 2008
La UDEF detenía hace dos semanas a Ángel Ojeda Avilés en su chalé de Sanlúcar. El arresto del exconsejero estuvo precedido por meses de informaciones periodísticas que posaban su atención en la inmensa fortuna que había hecho el expolítico jerezano a través de las subvenciones para la formación de parados. También en el mes de julio, un auto de la jueza Mercedes Alaya confirmaba que se había interesado en algunas de las empresas de Ojeda dentro de las diligencias que acaba de abrir para indagar en las ayudas que otorgó la Administración andaluza para la realización de cursos dentro del capítulo de la formación profesional ocupacional. Pero mucho antes de todos esos acontecimientos, algunas de las sociedades que forman parte del entramado empresarial, ahora bajo sospecha, ya fueron objeto de denuncias, quejas, sentencias en contra, avisos por parte de la Inspección de Trabajo y de la Seguridad Social e incluso epicentro de una investigación por parte de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) por malas prácticas. Una sucesión de hechos ocurridos entre 2008 y hasta 2011 (fecha de la última resolución de la Comisión) que no fue óbice para que el grupo de empresas y fundaciones del exconsejero obtuvieran entre 2008 y 2012 48,4 millones de euros sólo en subvenciones otorgadas por la Administración andaluza.
Antes de que la Junta de Andalucía aprobara la orden que regulaba la concesión de subvenciones para la formación ocupacional en octubre de 2009, Ojeda Avilés ya arrastraba experiencia en el negocio de los cursos. Algunas de sus empresas Educanet S. L., Prevengo, Humanitas y Prescal venían operando en el terreno de la formación pero en el ámbito de la prevención de riesgos laborales: un «muy lucrativo negocio» -afirma la Policía en uno de sus informes- que estuvo muy en boga hace pocos años. Estas sociedades fueron denunciadas por empresarios y autónomos, quienes relataban cómo habían sido víctimas de amenazas y presiones para que contrataran acciones formativas si no querían ser sancionados por incumplimiento legal. Algunas patronales como la de Cáceres y la que aglutina al pequeño y mediano empresario de Ibiza lanzaron comunicados alertando a sus asociados de que estaban ante una posible estafa y que no tenían que ceder ante las prácticas de esos supuestos especialistas en la formación encaminada a prevenir accidentes laborales.
La Federación de Servicios de Prevención Ajenos (ASPA) que representa a empresas especializadas en la prevención laboral recogió todas estas denuncias y elevó una denuncia por conductas prohibidas a la Comisión Nacional de Competencia (CNC) que abrió un expediente en 2010 contra Forpe, Humanitas, Inteca y Prevengo.
La CNC lo archivaba sin consecuencias en marzo de 2011, pero en la resolución dictada se menciona cómo la Seguridad Social también había tenido que emitir comunicados de urgencia en 2008 y 2009 para informar que una de las empresas de Ojeda estaba usando la imagen del Inspección de Trabajo sin su autorización. Así el organismo, ante las denuncias de los empresarios que acudían alertados en busca de información, salió al paso negando cualquier tipo de relación con esas empresas y que estuviera realizando campañas de requerimientos generalizados.
Prevengo, según las denuncias de autónomos y pequeños empresarios, enviaban a los empresarios correos electrónicos en los que adjuntaban una circular de la Inspección en la que se mencionaba la obligatoriedad de las empresas en formar a sus trabajadores en primeros auxilios y en medidas básicas contraincendios y que en caso de no contratar la formación, se enfrentaban a multas de hasta 800.000 euros.
La Inspección solicitó por escrito a las empresas de Ojeda que dejaran de actuar de esa manera y según la CNC, éstas acataron la reprimenda de la Seguridad Social.
Pero además de esos 'tirones de orejas', las prácticas de esas empresas también fueron llevadas a los tribunales por autónomos que denunciaban a Prescal o Educanet por reclamarles el dinero de unos cursos de formación que nunca habían contratado. Los afectados llegaron a organizarse en foros de internet donde alertaban a otros usuarios sobre las prácticas de estas empresas.
La Fiscalía fue alertada
Muchos de estos pleitos fueron ganados. A finales de 2011, un juez de Cáceres, ante la reiteración de casos, puso en conocimiento de la Fiscalía que se podría estar perpetrando una estafa masiva y señalaba a Educanet. El magistrado del nº 5 de Instrucción de la ciudad extremeña había absuelto a una pequeña empresaria a la que le habían reclamado 210 euros por una formación que no había contratado. Su testimonio era similar al que ofrecían otros afectados: había recibido una llamada de teléfono en la que le advertían que tenía que recibir cursos obligatorios de prevención en riesgos laborales si no querían hacer frente a una fuerte sanción administrativa.
Esa denuncia del juez tampoco prosperó y no se realizó ninguna actuación judicial contra las empresas de Ojeda que siguieron participando con éxito en las convocatorias de reparto de subvenciones. No sólo fueron grandes beneficiadas, según la investigación de la UDEF, de la lluvia de millones que la Junta otorgó a partir de 2009 para la formación ocupacional. El entramado también ha venido recibiendo subvenciones a través de la Fundación Tripartita (Servicio estatal de empleo, patronal y sindicatos).

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