martes, 11 de septiembre de 2012

"Yo ya estoy en Jerez de la Frontera donde se comen las papas enteras" Rafael de PAula

me da tristeza .

1 comentario:

Anónimo dijo...

DEDICADO AL ZORRO Y A TODAS SUS VARIANTES:

Matar al mensajero



La expresión "matar al mensajero" proviene de la antigüedad, cuando a falta de muchos siglos para la intercomunicación total de los seres humanos, había que llevar los mensajes en persona. Si el mensajero era portador de malas noticias, ante la frustración de la realidad, se desahogaban y descargaban las iras, con quien había cometido el "delito" de comunicar.

En nuestro maravilloso mundo de los festejos populares taurinos, a la orden del día están las prácticas de querer matar (se entiende figuradamente) a los mensajeros. Y entonces aparecen las diversas reflexiones. .


Cuando se recibe una crítica, lo común es intentar acallar a quien la haga, sea de la manera que sea. Entonces aparece el comportamiento violento, dialéctico en forma de amenaza, o el siguiente escalón, físico en forma de agresión. Y así piensan que todo arreglado. Entre seres inteligentes, no haría falta mencionar que eso no soluciona nada.

Normalmente, la agresión o amenaza encierra la ira por la verdad descubierta. Se es consciente de que lo dicho es cierto y la verdad es algo en peligro de extinción. Es más cómodo no asumir nunca un error y culpar a otro. Algo muy sencillo. Reflexionar sobre si lo que se ha dicho de uno es cierto, no se contempla. Todo se ve como una afrenta, no se opta por pensar en si lo que se ha dicho puede ser cierto.

Se ofuscan los pensamientos y aparece la endogamia en los entornos. Se oye lo que se quiere oir y los estómagos agradecidos hacen vivir en una realidad ficticia de palmeros. Y a partir de ahí, se expulsa y se demoniza todo lo que sea llevar la contraria. No existe la posibilidad del diálogo, porque no hay voluntad de entender otras posturas.

En la era de internet, son los participativos foros, los que desencadenan importantes ataques de ira. Se suele caer en el juego infantil del teléfono estropeado. Me han dicho que ha dicho que dijo. El ofendido ni se molesta en leer y hace verdad lo que le cuenten, que encima normalmente se busca crear enrarecimiento falseando. Punto número uno, leer lo que haya que leer en cuestión. Punto número dos, darle la importancia que merezca en función del interlocutor (ayudará bastante que no sea de un anónimo),
Hay que asumir las críticas. Que
¿Por qué se encolerizan algunos con lo que tachen a todas luces como falso? ¿Qué molestia le tiene que causar a nadie algo que no tenga ni pies ni cabeza? No tiene lógica enfadarse por algo que no tiene, según uno mismo, fundamentación. ¿Por qué llega el enfado entonces? No se dan cuenta que esas reacciones coléricas, no hacen si no dar la razón a quien los ha criticado. Cuando a alguien se le quiere callar por la fuerza, el motivo está claro.

Cuando alguien dice lo que ha pasado, la culpa no es suya, es de , siempre dentro de una corrección que a nadie falta al respeto. Y es triste, pero no queda otra que felicitar a los que se comportan como caballeros y asumen las críticas, encajándolas bien y sin ninguna alteración psico-física.