viernes, 19 de abril de 2013

De verguenza lo que sale a la luz en el Viva Jerez de hoy



  Un informe interno, no oficial, dice que en la contabilidad existen cerca de 800.000 euros sin justificar -o indebida y/o posteriormente justificados- acumulados durante los últimos ocho años –los cuatro primeros, por cierto, ya auditados por la cámara de cuentas-, mientras que buena parte de la ejecutiva local asegura que esa cantidad no supera los 3.000 euros y que lo demás está legalmente justificado y, en el peor de los casos, se puede discutir la conveniencia del gasto aprobado para determinadas partidas. Eso, dicen, “es otro asunto”, pero “no ilegal”. Las cuentas, en todo caso, han sido revisadas por la ejecutiva provincial, que entiende que “no hay caso” pero que, por todos reconocido, no ha dado un paso hacia adelante para poner la bronca sobre la mesa y buscar soluciones antes de que el fuego de la mecha, como ha sucedido, llegue a la pólvora para que públicamente explote. Y lo hace porque se traslada la sensación de que se ha podido producir un desfalco sin que el partido medie, como se comprometió en su día, para aclarar a todos la situación real financiera interna antes de la asamblea, pero no.
  En el PSOE de Jerez cohabitan, se podría decir, tres facciones claramente diferenciadas: una representada por su actual secretaria general, Miriam Alconchel, muy despegada de Pilar Sánchez actualmente pero a la que apoyan de manera cercana gente de la anterior etapa como Lebrero, que no aceptó una salida que le propuso el partido y que aguarda noticias, o Ainhoa Gil; otra, que le prestó apoyo a Alconchel para alzarse con la secretaría local, donde están a la cabeza Carlos Dorante, ex secretario provincial de UGT, y Cristina Díaz Pinés; mientras que la tercera la representan aquellos que quedaron alrededor, los que se quedaron fuera de la actual ejecutiva y, por diferentes senderos, son críticos y, por ello, más próximos a la otra corriente provincial, es decir, Pizarro y Cabaña, agazapados esperando su momento. Ahí están Camas, Alcántara, Antonio Fernández. Uno, dos y tres lidiando poder interno en la agrupación más grande de la provincia y de cuya gestión futura podría determinarse cuestiones tan trascendentes como el color de la Diputación de Cádiz, gran objetivo político para todos. Se va a convocar ejecutiva urgente, unos anuncian privadamente dimisiones en bloque, otros ceses fulminantes si se confirman nombres de filtradores, y algunos hablan de bombardear a la actual ejecutiva nombrando una gestora. Lío gordo y nadie al otro lado del teléfono.
Y, con todo, el próximo 26 hay comité provincial del PSOE y dos patatas calientes sobre la mesa: Chiclana y, sobre todo, Jerez. Previo a este tipo de encuentros se suelen producir filtraciones interesadas que caldeen el ambiente y el olfato me dice que a la actual secretaria general, Irene García, muy ocupada con tanto frente y tan pocas balas, le están colocando bombas con efecto programado para que le exploten a la vez. Y es que el PSOE hace años vive pendiente de sus cuentas, y no sólo algunas referentes a sus finanzas, sino todas aquellas que le han lastrado hasta alejarle cada vez más de ese partido capaz de sintonizar fácil con la gente y que hoy solo encuentra en la crítica a la gestión del PP un discurso válido para hacerse notar. Y solo con eso no va a ser suficiente para llegar a puerto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

militar en el Psoe, lo primero que piden es saber perder facturas, lo segundo, no saber nada de contabilidad, y lo tercero confundir los términos "no tengo ni idea donde eta el dinero" con "todo esta claro"