La Coordinadora por la Defensa de la Gestión Pública del Agua en
Jerez sigui,os en la lucha contra esta concesión, y han hecho uso de su derecho de petición para conocer el pliego de condiciones presentado a las empresas que podrían optar a la concesión, tras lo cual ha planteado dudas sobre su legimitidad y sobre el proceso.
Por ejemplo, desde esta plataforma recuerdan que las ELAs (pedanías)
por ley tienen que hacer su propia encomienda específica de este
servicio, bien dentro o aparte del pliego presentado por el gobierno
municipal y por supuesto esta encomienda tiene que ser “fruto de una decisión democrática tomada en el órgano democrático electo, legitimado para tomar decisiones sobre su territorio y su población, que es la propia Junta Vecinal de cada pedanía”.
Sin embargo, denuncian que nada de esto se ha contemplado y aun así, el
pliego recoge que cuatro ELAs se unen de la misma forma que el
ayuntamiento matriz a la formalización de licitación de la concesión
administrativa de la gestión de Ajemsa. Este hecho, ha sido
rechazado por la coordinadora, que sentencia que “se pone en evidencia
la mala intención del equipo de gobierno y la mentira permanente que
utiliza, para sacar adelante una operación que hundirá aun más, si cabe,
a la ciudad y que arrastrará las consecuencias negativas hacia los
ciudadanos, que serán los que los próximos 25 años sufrirán directamente
las consecuencias”.
Además, para esta plataforma la inclusión del Manantial de Tempul
deslegitima totalmente el pliego. Por un lado, argumentan que “el pliego
intenta regular la venta de la gestión del agua urbana, o sea de la
distribución del agua desde las redes primarias a los contadores,
directamente a los ciudadanos finalistas, pero no se establece
en ningún caso que se esté haciendo una operación de venta de cuenca
hidrográfica, como es el caso del Manantial de Tempul”.
Según estos defensores de la gestión pública, cualquier cambio en
relación a este manantial tendría que ser competencia directa de la
Junta, o en su caso de la propia administración estatal.
Otra cuestión que apuntan es el riesgo que representa la presunta utilización por la futura empresa privada de este manantial para embotellar agua mineral. Recuerdan
que hace ocho años el Estado dio licencia a Ajemsa para poder
embotellar agua mineral de Tempul, de la sobrante que no entra en la
tubería que nos trae el agua hasta Jerez. “¿Quién nos garantizará mañana
que los nuevos gestores no harán uso de todos los recursos de la
empresa en la que está invirtiendo y comience a embotellar agua, para
sacar más beneficios?”, se preguntan.
Texto de El Alcazar de Jerez
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