jueves, 29 de abril de 2010

Juan Palomo hace el resumen el mes que acaba


"... se nos ha ido el mes primaveral por excelencia,productor de picozones,alergias y despertares juveniles.También nos trajo la apertura de una tienda enorme que tanto entusiasmo ha despertado entre algunos del equipo de "gobierno"municipal que parecen ser socios de la misma a la vista de sus ventas del burro, a través de sus propios medios de expresión.


El mes abrileño nos trajo igualmente la supresión de una tanda de asesores y asesoras que han venido restando muchos votos a la propia corporación que les ingresó en la nómina pública sin otros méritos que pertenecer a la ejecutiva ejecutante;No hay color;la inexperiencia y el agarrote por no perder tan excepcional oportunidad, ha venido a ser lo contrario de gente abierta y dispuesta en solucionar problemas más que crearlos.

No creo que la querella interpuesta como la mejor defensa ante un ataque por un llamado inmatable(que hay que ver la de gente que metió por la cara,diurnidad y alevosía)representa un capítulo más de lo que yo vengo en llamar el mundo al revés:los culpables en la calle e inocentes puestos en tela de juicio.
Inocencia que en el caso de la alcaldesa debo hacer una excepción ante el detalle nada admisible de incrementar los gastos en una situación de ruina total.De los laborales hechos fijos de una tacada,mejor lo dejamos para otro día."

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y éste Palomo quién es?.Me interesaría conocerle porque parece ser una rara ave en un paraiso perdido.¿O acaso eres tú mismo Jesús?



Patricia

Anónimo dijo...

Mejor que no le conozca Patricia.Se trata de uno que es como el perro del hortelano.No quiere comer ni dejan que otros lo hagan.
Se dedica a darle estopa a todo lo que se menea y es tan purista que tiene el tio una capacidad de suscitar alergias que no veas.
Fue martillo de herejes contra el inmatable y toda su banda y estando en el psobre se enfrentó a todo quisqui.
Ahora,eso sí,el tio está blanco como se dice en el argot policial.
Un personaje singular del que no se fia nadie que esté a la espera de comer de la olla grande.

R.A.J.