jueves, 3 de septiembre de 2009

Premio a la calle màs guapa de Guadalcacìn


Estando esta noche paseando a mi perro Nico-tina por Pozoalbero y aprovechaba para buzonear mientras el noticiario vecinal de septiembre a algunos socios, me sorprendieron unos destellos en el cielo. Destellos sobre la vista de la pedanìa de Guadalcacìn.
Una pedanìa tan cerquita y tan lejos a la vez( malditas vias del tren que nos separan). De momento salieron muchos niños de sus casas a ver el espectàculo de los fuegos artificiales desde el parque Andaluz( para mì lo serà siempre), desde en de la Torretilla e incluso pude ver como tambièn desde el Parque Atocha.
Los balcones de las urbanizaciones se llenaron de curiosos y disfrutamos todos de un ratito de charla tras tatuar en los ojos esas luces multicolores de la pirotècnia contratadapara dar luz verde a la Feria 2009.
Una de mis vecinas me dijo que este año hay verdadera rivalidad(pique le llaman) entre los vecinos por ganar el premio de la calle mejor engalanada de Guadalcacin y que mi amiga Ana Lirio ( su alcaldesa) tan sòlo habìa dotado al concurso con 400 euros cuando el coste es tres veces superior en la calle menos motivada.
Pensè que interesante serìa que en mis jereles nos pusieramos los vecinos de cada calle a ponerla bonita.A mimarla, y hasta llegar a presentarla a concurso. Me acuerdo de que algunas barriadas han perdido esta ilusiòn por este concurso que promueve el buen rollo entre veciunos, el concenso y ir de gratis en ese esfuerzo vecinal de poner el espacio pùblico màs cercano (como es tu propia calle) de lujo. La pena es que en la web de Guadalcacin no veo el calendario de festejos pero si està el perfil de lo que es esta pedanìa jerezana.
Enhorabuena a Ana y a los Gualdalqueños por su feria que a buen seguro visitarè este finde. Os dejo el texto de la web:

Guadalcacín es una localidad relativamente joven y con un futuro prometedor. Y si hay algo que la define realmente son la gracia, la generosidad, la simpatía de sus gentes, y un estilo de vida sin estrés y con un ritmo pausado, propio de las zonas rurales. Una mezcla que hace entrañable su visita y que hace a sus vecinos sentirse orgullosos de vivir donde viven.


Por eso, porque en él convergen la tranquila vida del pueblo y la posibilidad de disfrutar de todas las comodidades y servicios de estos tiempos dada su cercanía a Jerez, se convierte en un imán para aquellos que buscan una mayor calidad de vida.


Inevitablemente cualquier persona que se acerque a Guadalcacín quedará impresionado por su sencillez, por la calidez de su arquitectura (esas blancas casas de colonos abiertas de par en par a todo el mundo), por el calor de su gente, por esos naranjos y limoneros que llenan las calles del rico perfume de la flor abierta.


Guadalcacín tiene una cultura, una forma de vivir y una identidad que lo distingue del resto de núcleos rurales y de la ciudad. Es ese carácter a la vez antiguo y moderno lo que consigue atrapar y reunir a gente de todos los gustos y colores.
Cada vez son más los que desean huir del estrés de la gran ciudad y acudir al encuentro con la naturaleza, la vida rural, los pequeños pueblos, las viejas costumbres, las tradiciones… por eso cada vez somos más los que nos sentimos orgullosos de pertenecer a Guadalcacín, los que queremos escribir nuestra propia historia, la historia del día a día, la historia auténtica. Empezamos siendo 20 habitantes. Ahora somos seis mil. Mañana quién sabe…

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