sábado, 6 de septiembre de 2008

Nacho Marquès reflexiona en su blogssobre la media naranja.


La forma de elegir a tu compañero de travesía es sencilla: se debe estar de acuerdo en los principios.Dos personas pueden estar de acuerdo en que quieren cuidar a sus futuros trabajadores en su empresa y se embarcan juntos en el proyecto bajo esa premisa, pero estar de acuerdo en algo así no quiere decir que los principios sean los mismos. Uno de los dos puede opinar así porque sus principios son ganar cuanto más dinero posible y cree que así lo conseguirá porque tendrá contenta a su plantilla y el otro puede partir del principio de que se debe cuidar a los trabajadores incluso por encima del beneficio económico.
A una pareja así cuando le viene una mala racha uno saca su principio y opina que se debe despedir a unos cuantos y sin embargo el otro opina que si el barco se hunde se hunden todos juntos. ¿Qué ha ocurrido? Que no eligieron a su compañero de proyecto con tanto detalle como al proyecto que querían llevar a cabo.

Pasamos mucho tiempo pensando en el "qué" y nada pensando en el "quién", para, con el paso de los años, darnos cuenta de que nuestro "qué" lo van a moldear aquellos a quién hayamos elegido para subirse al barco y que si los principios no son los mismos pronto la nave hará aguas.

No sólo hay que definir el proyecto sino también bajo qué principios vas a funcionar, y entonces es cuando debes empezar a buscar a tu media naranja.

1 comentario:

carmen jiménez dijo...

Puede que esta forma de eleguir a tu "compañero", socio, hablando de empresas, funcione tal y como reflexiona Nacho Marqués. Pero no estoy tan segura de que funcione cuando hablamos de amor. Ni tampoco estoy segura de que exista una media naranja. Yo prefiero las naranjas completitas:))