Y ya van dos. Ése es el número de veces que los vecinos de la calle Cabo de Nao en Palos Blancos han visto cómo el suelo de esta vía se desploma ante sus ojos tras una tromba de agua.
La primera fue el pasado mes de octubre, cuando el patio exterior de la casa número uno, ubica en la urbanización Camino de Espera Primera Fase, se comenzó a hundir tras el boquete que se originó en el cruce que une esta calle con la avenida Camino de Espera. La segunda vez fue el pasado sábado, tras la intensa tormenta que azotó a buena parte de la ciudad.
Y es que en esta ocasión la corredera se encontraba en obras para reforzar el sistema de alcantarillados de la zona, unas reformas que comenzaron el pasado mes de julio y que aún están en plena ejecución. «La cantidad de agua que se acumuló en la zanja en un segundo era increíble, lo que originó que la arena que está debajo de la poca acera que quedaba comenzara a desplomarse y con él la propia calle. Lo que tememos es que empiece a ceder el muro de los patios de nuestras casas, como ocurrió en octubre, y el suelo comience a hundirse», explica a este medio José Luis Lozano, uno de los vecinos afectados.
Pues eso:" El que avisa no es traidor."
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