Manifiesto por una Cultura democrática y participativa para Jerez.
Los abajo firmantes pedimos a toda la ciudadanía de Jerez que firme esta petición:
ANTE LA CELEBRACIÓN
DEL LLAMADO “750 ANIVERSARIO” DE LA CONQUISTA MILITAR DE JEREZ, HACEMOS
UN LLAMAMIENTO A UN PROYECTO CULTURAL NO TRADICIONALISTA, ABIERTO A
OTROS PUEBLOS, MENOS ABURRIDO Y MÁS PARTICIPATIVO.
Nos preocupa
el abandono del Patrimonio Cultural de Jerez -no hay más que dar un
paseo por el casco antiguo-; nos indigna que se regalen a grandes
empresas privadas servicios públicos esenciales como el de la gestión
del agua; nos alarma que la ciudad esté sometida a un cruel programa de
desempleo y desesperación generalizada (que incluye la emigración
masiva, los desahucios, la pobreza más extrema y galopante, etc.)… y nos
escandaliza que a través de las aventuras caballerescas de Alfonso X se
pretenda dar una imagen de que la ciudad va bien y de que es un
“milagro” de recuperación económica…
Negar la historia no es, por
supuesto, algo sano, pero lo realmente enfermizo es que se intente
machaconamente que recordemos día a día, año a año, siglo a siglo,
determinados hechos históricos como por ejemplo el día de la conquista
de la ciudad. El PP dice que se trata del 750 aniversario de “la
incorporación de Jerez a la corona de Castilla”, pero parece que se
trata, más bien, de colarnos otra vez tanto la mohosa idea de la “unidad
territorial de España” y que Jerez se “funda” gracias a aquélla
guerra, lo cual es falso.
¿Por qué se nos imponen tan obsesiva y
repetitivamente estos hechos históricos –cuajados en la extrema
violencia que suponen tanto la guerra como la xenofobia más feroz– como
nuestra principal seña de identidad histórica?. Jerez no necesita seguir
soportando esta losa triste de un pasado nada dialogante, islamofóbico,
nada constructivo y nada democrático.
Por tanto:
-rechazamos
este “750 aniversario” de una guerra antigua que no necesitamos recordar
para nada y mucho menos convertir en una mohosa seña de identidad
colectiva.
-y exigimos unas propuestas culturales más
esperanzadoras, creativas, de mentalidad abierta, no confesionales y, en
suma, acordes con las nuevas exigencias democráticas e interculturales
del siglo XXI. No queremos una Cultura conservadora, mortecina y
acrítica que usa ciertos floripondios y anécdotas de nuestra lejana
historia medieval para promover el inmovilismo y la sumisión ante el
férreo castigo social que las medidas de austeridad nos han impuesto.
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