domingo, 5 de octubre de 2014

El caso de Javier .

Así era por dentro uno de los cursos de Ojeda en Jerez

Algunos alumnos que estudiaron técnicas de montaje de placas solares hicieron prácticas sacando escombros para una empresa de mantenimiento.
Manuel Moure, Jerez | Actualizado 05.10.2014 - 11:15
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Foto: Vanesa Lobo
"Hubo quien hizo el curso de instalación de placas solares y acabó sacando escombros para una empresa de reparaciones vinculada a un seguro". Ésta no deja de ser otra muestra de la forma en la que los cursos del ex consejero Ángel Ojeda funcionaban en el colegio Mundo Nuevo de Jerez.

Javier, un nombre ficticio pues el joven prefiere mantener el anonimato, desentraña para este medio las particularidades de unos cursos que terminaron por provocar el sonrojo a los propios alumnos, tal era el nivel que se impartía. "Para empezar, la selección fue cuando menos extraña. Se exigía un nivel de ESO pero muchas preguntas se podían considerar tendenciosas y dirigidas a algunos de los alumnos en concreto".

Quien más, quien menos, llegó al curso de instalación de placas solares ilusionado con la posibilidad de meter la cabeza en alguna empresa y poder empezar a ganarse la vida por sus propias manos. La ilusión duró bastante poco.

En las aulas eran 15 alumnos, un grupo escandaloso, inquieto, que más nervioso se ponía cuando comenzaban a percatarse de que había cosas que no se ajustaban a lo que esperaban de un curso subvencionado con dinero público. "Estaba dotado con unos 72.000 euros", refiere el joven. "Hicimos grupos de trabajo, creo que fueron tres. Teníamos un docente, que lo que hacía era velar por los intereses de la empresa que le contrataba, y una coordinadora que se puso como loca el día que comprobó que en las evaluaciones que hacíamos los alumnos había muchos ceros". Se refiere a los test de satisfacción que se rellenaban de forma anónima todos los meses. "Dichas valoraciones fueron a la papelera", apunta Javier pues con posterioridad ha contactado con inspectores que le han confirmado que esos 'ceros' jamás llegaron a su destino. Las prácticas, esenciales en un curso de estas características, se realizaban "con material ya utilizado de años anteriores. Nos decían que el 55% del dinero era para materiales. No sé si es cierto, pero lo que sí es verdad es que lo que se nos ponía por delante no llegaba ni al 5% del importe global".

Los 15 alumnos recibieron como material unas botas, un pantalón, dos camisetas, unas gafas de seguridad, unos guantes, un bloc, un bolígrafo, un lápiz y una goma de borrar. El gran problema estribaba en las herramientas. "Su escasez llegó a provocar que la gente hasta se las guardara. No había tantos juegos como grupos... Y todo ello disparaba la tensión".

Javier destaca que lo que aprendió y realmente le valió fue "todo aquello que compartían los compañeros que tenían conocimientos de electricidad y de fontanería". La falta de medios era tal que se dieron casos en los que "al no tener nada que hacer nos dedicábamos a jugar a la brisca en la azotea de Mundo Nuevo. La verdad es que deberíamos de habernos plantado. Se lo dijimos a la coordinadora y todo lo que nos dijo fue más o menos que eso era lo que había, que no había dinero para materiales y que si había que aprovechar los restos de otros cursos pues se reaprovechaban".

La situación mejoró cuando "nos prometieron que nos traerían cobre para las instalaciones, pero lo que llegó fue cobre para instalaciones de aire acondicionado, que no tiene nada que ver con las placas solares".

La experiencia personal de este joven es que "en ese curso lo que hicieron fue jugar con la ilusión y la necesidad de las personas. (…) Al final creo que podrían haber hecho los cursos remunerados antes de que alguien se haya embolsado el coste de nuestra formación, tal y como parece que ha sido". "Hubiera sido hasta más positivo -apunta- que hubiéramos desmontado las instalaciones de cursos anteriores y las hubiéramos montado de nuevo. Pero ni por esas", sentencia Javier.

El colmo de los colmos de estos cursos de formación llegó cuando hubo que hacer prácticas. "Ya resultó raro que algunos alumnos con las peores notas se llevaban las mejores empresas. Después hubo a quienes les tocó hacer prácticas en instalaciones de aire acondicionado cuando lo que habían estudiado era montaje de placas solares y energía térmica". Pero el asombro aún fue a mayores cuando tuvieron conocimiento de que había quienes realizaban las prácticas, como se ha señalado, "quitándole escombros a la empresa de mantenimiento de una compañía de seguros".

La experiencia le ha valido a Javier para poder meter cabeza en una empresa de instalación de placas, "pero por lo que yo he aprendido por mi cuenta pues allí no se aprende nada". De vez en cuando le llaman para que colabore en algún trabajo. "Por ahora estoy en el banquillo del equipo de instaladores, pero espero entrar en el titular", señala Javier ilusionado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

el PSOE está «nervioso», que «las evidencias son las que son» y que el PP y la parlamentaria andaluza Ana Mestre «en ningún momento han hecho denuncia falsa alguna, ni ha injuriado a nadie, pues todas las declaraciones hechas estaban documentadas».